Situaciones cotidianas como viajar en ómnibus o taxi, se pueden hacer dificultosas y a veces vergonzosas.
Ronquidos, por lo que la persona duerme mal y no deja dormir al resto de la familia.
Es común levantarse con sueño y cansancio que persiste todo el día, la persona lleva como un bolso con kilos de más toda la jornada.
Hacer ejercicios es muy dificultoso ya que se pierde agilidad, sumado a que en los juegos colectivos se esquiva al obeso. Además se le recomienda al obeso que haga ejercicio pero que primero adelgace para no impactar en exceso las articulaciones.
Usar el transporte público es muy complicado: cuesta al obeso subir al medio de transporte, los asientos son muy pequeños y los pasillos son estrechos. Ni que hablar de como incomoda la mampara de los taxis en Uruguay.
El espacio físico de una oficina siempre queda chico, incómodo, el trabajo se hace más lento y penoso.
Cuando los dedos son voluminosos cuesta usar el teclado de la notebook y el celular. Es fácil equivocarse de letras.
Moverse en la cocina de la propia vivienda es incómodo y hasta hay peligro que se caiga una olla con algo caliente.
Comprar ropa se convierte en una tortura, la persona con exceso de peso se siente frustrada porque la ropa que le gusta no hay talles y debe comprar en casas para » talles grandes» que no ofrecen variedad. Lo habitual es escuchar: la ropa de antes no me entra y cuando voy a una boutique me miran » raro».
El sólo hecho de caminar suele ser muy cansador y hace doler las rodillas.
Viajar en avión es una odisea, además de tener un costo más elevado porque a veces se necesitan comprar 2 asientos, los pasillos están diseñados para personas con peso común.
El cine y teatro no están pensados para quienes tienen sobrepeso, las butacas son pequeñas y hay que llegar temprano, de lo contrario la persona no logra pasar para llegar a su sitio.
El sentimiento de culpa que muchas veces le genera la ingesta y los atracones acentúan el sentimiento de angustia y de » valer poco».
Se va incorporando una Baja Autoestima
Todos los factores que alteran el diario vivir de la persona con sobrepeso u obesidad actúan en desmedro de su propia valoración. Entonces frente a la sensación de no sentirse incluido dentro de ciertos parámetros sociales, favorecen que el obeso sienta discriminación.
Es común escuchar que digan: lo mío es genético, en mi familia son todos gordos, no hay arreglo, hice de todo y no tengo resultado etc. Existe un desánimo, un malestar, que no es para nada favorable para lograr un cambio. La persona comienza a auto discriminarse y aislarse.
Al aislarse siente que está solo y que no tiene salida. Los inconvenientes físicos y psicológicos cotidianos causan al obeso incomodidades que lo desmoralizan.
La obesidad es una enfermedad crónica que puede traer complicaciones a nivel físico y también emocional. Podemos decir que, a mayores dificultades provocadas por el exceso de kilos, más desvalida se encontrará
La autoestima de la persona se verá más afectada cuanto mayor sean las dificultades de toda índole que sufre el paciente con sobrepeso u obesidad. También es diferente el desmedro que sufre la persona según la edad.
La obesidad claramente puede influir en la autoestima de una persona. Ver a diario todo lo que no se puede hacer por su peso excesivo, hace que el individuo se aísle y baje su propia valoración.